¿Qué espera Dios de los hombres?

Todo hijo espera poder hacer lo necesario para agradar y mostrar respeto hacia su padre y esto mismo aplica en la dinámica de la relación que lleva el ser humano con Dios, pues prevalece el objetivo de actuar a imagen y semejanza del creador para de esta manera apropiarse realmente de esa herencia divina que se centra en lo espiritual y en ese anhelo de alcanzar la vida eterna.

Ahora bien, ante la multitud de presiones que tiene el día a día, pensar en absorber y cumplir con eficiencia los mandamientos de la iglesia es algo que se hace cada vez más lejano para algunas personas, y es que el desafío que trae consigo este decálogo corresponde a la prueba máxima de amor y humildad de corazón, aspectos que en ocasiones se dificultan por ese gran apego a lo material que se apodera del hombre casi que sin que se percate de ello.

El compromiso del hombre con Dios

A pesar de que se maneja el libre albedrio, la invitación manifiesta en lo que predicó Jesucristo, no es otra que velar por la justicia y la misericordia tanto en el pensamiento como en el actuar, asimismo y no menos trascendente, es el poner Dios por encima de todo pues de ello depende el tamaño de la fe.

Otro aspecto fundamental es el que se refiere a la oración, pues se trata de una acción que permite entrar en comunión y diálogo con el creador, lo que es sencillamente determinante para que ese Padre amoroso y siempre dispuesto, se mantenga al tanto de aquello que inquieta a sus hijos para ofrecerles su amor y apoyo.

Arrepentirse para estar del lado del Padre

En esto se resume uno de los planteamientos más poderosos que se pueden extraer de la palabra de Dios, ya que la condición humana es por naturaleza pecadora y para que estas fallas realmente sean redimidas es imprescindible pasar por un proceso donde el individuo evalúe las consecuencias y se convierta en aquello que es prueba fehaciente de ese mensaje que tendría que estar grabado en cada uno de los corazones de los creyentes.

Una fe siempre fuerte y el entendimiento de aquello que está bien y de lo que no, son puntos que deben ser trabajados con la mayor dedicación y disciplina para no simplemente hacer lo que se espera, lo propio sería dar mucho más de lo que se pide.