Ejercicios de Memoria

Ejercicios que te ayudarán a estimular el cerebro

Muchas veces llegamos a una edad en donde retener o recordar información se nos complica. Aquí algunos ejercicios para fortalecer la memoria.

Ejercicios que te ayudarán a fortalecer la memoria

  • Para este ejercicio de memoria necesitarás una revista o periódico sencillo, un lápiz y un reloj con segundero. Se elige cualquier página del periódico y se tacha una letra entera. Esto mejora considerablemente la capacidad de concentración.

Para controlar el progreso en este ejercicio, se puede detener el temporizador y luego compararlo con el tiempo anterior en la siguiente pasada. En el mejor de los casos, se reduce el tiempo necesario para completar una página.

  • Ejercicio de dedos «de punta» Esta práctica de memoria es corta y sencilla de realizar en cualquier lugar. Ayuda a desarrollar la coordinación y la concentración. Se golpean las yemas de los otros dedos de la mano respectiva con la punta del pulgar. En este caso, se empieza por el dedo índice, se desciende por la columna hasta el meñique y se vuelve a subir hasta el dedo índice.
Ejercicios de Memoria
Ejercicios de Memoria. Foto por Gerd Altmann en Pixabay.

Esto se hace secuencialmente con las manos izquierda y derecha para lograr un nivel de dificultad modesto. Se convierte en todo un reto cuando se realiza este ejercicio con ambas manos simultáneamente y en distintas direcciones o en distintos dedos de cada mano. Ejercicios adicionales con los dedos. Se pueden utilizar ejercicios sencillos con los dedos para poner a prueba y mejorar la coordinación, por ejemplo, cerrando ambas manos en un puño y colocando alternativamente el pulgar en la parte exterior e interior del puño, de forma sincrónica o alterna. Un segundo ejercicio con los dedos consiste en extender los brazos hacia delante y abrir bien los dedos mientras se respira enérgicamente. Tras una sesión de ejercicios, se sentirá revitalizado y vigorizado.

  • Hablar al revés supone un esfuerzo único para el cerebro. Aquí se pone a prueba el centro del habla y la capacidad de concentración generando una frase cualquiera e intentando hablarla al revés. Se comienza con la última palabra y se termina con la inicial. Con el tiempo, será factible hablar al revés a un ritmo cada vez mayor.

Otra dificultad consiste en invertir no sólo la frase, sino también cada palabra individual. Según el neurolingüista Mathias Scharinger, hablar al revés requiere un alto nivel de conciencia lingüística, la capacidad de abstraer palabras y una memoria figurativa excepcional, porque hay que ser capaz de visualizar las palabras excepcionalmente bien en el ojo de la mente y luego leerlas y pronunciarlas al revés, y la calidad de la memoria de trabajo es fundamental para ello.

La memoria de trabajo permite manipular los datos secuenciales para invertir las secuencias fonéticas. Hay tres variedades de habla al revés: el habla al revés ortográfica implica leer al revés, es decir, invertir la secuencia de las letras individuales. En el habla retrógrada fonética, cada sonido se articula al revés, sin embargo, en el habla retrógrada acústica, las etapas de articulación se invierten, lo que sólo es posible con ordenadores.

También es más sencillo pronunciar letras sueltas al revés manteniendo el orden normal de una frase, pero se hace más difícil cuando se reproducen frases enteras al revés, desde el último hasta el primer sonido. Hablar al revés es sencillo porque el orden en que se lee y se habla es esencialmente aleatorio, ya que se puede leer igualmente de derecha a izquierda. Gracias a su potente memoria de trabajo, los que hablan al revés suelen ser también excelentes matemáticos mentales y tienen un excelente sentido del lenguaje